Últimamente

2020-04-14

¡Hola! Hace mucho tiempo que no escribo por aquí y lo cierto es que podríais creer que tengo el blog abandonado, pero en realidad no pretendo que haya una regularidad específica. Habrá veces que escriba más seguido y veces en las que pasen meses sin escribir. Habrá veces que escriba sobre cosas más interesantes y otras que os cuente mi vida (como esta). De cualquier forma, creo que debería poneros al día, así que voy a contaros en qué ando últimamente.

Desde que este blog nació, han pasado tantas cosas que centrarme en ellas sería un absoluto rollazo para quienes estéis leyendo esto (y además no me acuerdo de muchas de ellas), así que me centraré en las que ahora mismo tienen efecto, o siguen teniéndolo. Si os preguntáis por qué os cuento mi vida, vosotros me lo habéis pedido. =P

El último mes

Ha habido muchos cambios desde que empezó el confinamiento. Quizá el más importante de los positivos es que en vez de vivir con mi compañero de piso, vivo con mi madre porque él se fue a pasar el confinamiento con sus padres. A mi madre le pilló todo el lío este estando aquí de visita, así que decidió quedarse hasta nuevo aviso. Agradezco mucho que haya sucedido de esta manera, porque si nos hubiera pillado separados habría sido una faena y estaríamos preocupados el uno por el otro.

Por contra, tal y como sabéis, no todo es color de rosa en este confinamiento, y la semana pasada pasé por el día en el que, con casi total seguridad, he estado peor anímicamente desde que empezó toda esta historia. Sin embargo, no lo afronté demasiado mal, y me lo tomé más como un toque de atención: hay ciertas cosas que debo cambiar. Unas más arraigadas en mi personalidad y otras menos, pero todas importantes.

También me sirvió para cambiar de rutina. Estaba entrando en un bucle, y para salir de él me ha hecho falta llevarme un disgusto. Cuando empezó el confinamiento me lo tomé como unas vacaciones de mi actividad usual y el cambio ha sido demasiado drástico y poco sano. Normalmente tengo un horario bastante apretado durante la semana, me gusta tener muchas actividades «extraescolares» (15 horas por semana), para aprender un poco de aquí y de allá y hacer deporte para intentar estar sano.

Durante la cuarentena, esas actividades se han reducido a prácticamente no hacer nada, con la excepción de la escuela de música, de la que sigo recibiendo clases telemáticamente. Me lo he tomado como unas vacaciones, pero de mala manera, dejando que la pereza me abrazara. Eso ha tenido bastantes implicaciones, algunas mejores y otras peores porque, si bien es cierto que un tiempo para relajarse nunca viene mal, he pasado de casi una hora de deporte intenso al día a no hacer nada, y está teniendo consecuencias, tanto anímicamente como físicamente.

En otro orden de cosas, muchos sabéis que ya tengo la tesis casi lista y estaba a las puertas de la defensa. Resulta que se iba a celebrar este mes, concretamente el día 17, pero se ha pospuesto indefinidamente. He aprovechado para bajar el ritmo de trabajo, aunque sigo trabajando diariamente. Cuando pase el estado de alarma, volverán a correr los plazos y se elegirá una nueva fecha para la defensa.

Finalmente, el cambio más raro que he tenido este mes es que, ya que me he visto con tanto tiempo libre, me he puesto a aprender C, el lenguaje de programación. Un amigo me hizo un itinerario por un par de libros, con ejercicios y todo muy bien explicadito, y se ofreció para toda la ayuda que pudiera darme. Aprovecho para darle las gracias desde aquí. Desde hacía un par de semanas, lo único que hago es trabajar mi ratito por la mañana, estudiar C y leer por la noche. Había cambiado la pereza por estudiar C, y eso tampoco es bueno.

Así pues, después de todo esto tuve el toque de atención del que ya os he hablado. He decidido cambiar ciertas cosas, y he empezado por hacerme un horario. En él, me organizo para tener un poco de tiempo para cada cosa, incluso para hacer ejercicio aquí en casa. Trabajar, mirar el correo (tenía más de quinientos correos atrasados en la bandeja de entrada y dedicarle una horita al día a eso no me va a matar), seguir estudiando C, estudiar música, también algo de ocio (manualidades y algún proyecto de software) y, finalmente, tiempo de lectura para seguir con la saga que me estoy leyendo y que está bastante interesante: Nacidos de la bruma, de Brandon Sanderson.

Cosas que siguen como siempre

También hay cosas que siguen como siempre, que no me decido a hacer o sigo haciendo intentos no fructíferos. Un ejemplo es ponerle un sistema operativo al segundo portátil que tengo. He probado unos cuantos, pero siempre hay algo que se rompe o que no me convence. Siempre hay algún systemd (puaj) que sobra o algo que no funciona. Por si no sabéis qué es systemd, es un software horriblemente diseñado, con una lista de funcionalidades que no acaba nunca (lo cual no es buena práctica en software) y que entra en conflicto con otros programas de toda la vida, que funcionan bien y siguen estándares ampliamente establecidos. En resumen, es un error. En otra entrada del blog os explicaré con detalle mi opinión sobre todo este ecosistema. Volviendo al tema del portátil, es un portátil que funciona con distribuciones 100% libres, aunque sigue teniendo algunos binarios en la BIOS, lo cual quiere decir que hace falta código no libre (binarios) para iniciar el ordenador, así que no funciona solo con software libre y, por tanto, atenta contra la libertad del usuario en algún grado. Es un Librem 13 y, si queréis mi consejo, no compréis nada de Purism. Yo me arrepiento mucho de mi compra.

He puesto una entrada en el horario sobre formatear ese portátil, pero con poca prioridad y otras cosas por delante que me corren más prisa (en la parte de ocio). Sin embargo, cuanto antes haga esto, antes me voy a quitar de encima Plasma (uno de los escritorios más famosos del software libre) y el software que me molesta de KDE (una comunidad que hace mucho software libre), que es otra cosa que he querido abandonar desde hace mucho tiempo. No puedo hacerlo hasta tener otro portátil con algo estable y que sepa usar (en principio, mi objetivo es sway, un administrador de ventanas en mosaico, es decir, que todas las ventanas se ven a la vez cogiendo el máximo espacio posible, como en un puzle), así que necesito formatear ese portátil, instalarle todo lo que me haga falta y hacerme a su uso próximamente.

Si os preguntáis por qué quiero abandonar KDE, os hago un resumen en este párrafo. Primero, se me estropeó kmail (el gestor de correo electrónico) en uno de los fallos que le salen en cada actualización (que son muchos y, a veces, muy molestos y, otras veces, muy graves). Para arreglarlo, tuve que borrar la base de datos y dejar que se volviera a descargar todos los correos del servidor (que eran muchos y fue muchísimo tiempo perdido). Al tiempo, hubo otro fallo que no fui capaz de solucionar y, en el intento, rompí akonadi (otro software del que depende, que maneja la información personal a la que tienen acceso los programas de KDE) y todo lo que dependía de él, incluyendo kmail que ya ni arranca, ni siquiera en un usuario nuevo. No sé qué es lo que falla, pero no tengo ni pizca de ganas de arreglarlo; no quiero volver a tocar nada de akonadi ni con un palo. Tras estos incidentes, he decidido que no quiero saber nada de kmail ni de nada que dependa de akonadi nunca más. Para más inri, en la última actualización, algo de KDE ha explotado y no me sale ni el fondo de pantalla ni los menús que debería haber por la pantalla, solo la barra de tareas. Puedo aguantar así un tiempo, pero estoy harto de este software tan proclive a fallar. Aun así, el software de KDE en general me gusta, tampoco quiero que os llevéis una impresión equivocada.

Aprendiendo C

Volviendo a las novedades… Estudiar C ahora mismo es una de las cosas a las que le dedico más tiempo. La idea de aprender esto me vino un día, mientras estaba en la cama (todas las decisiones de este tipo me vienen a la mente como por arte de magia un día estando tirado en la cama). Me vino la inspiración sobre qué hacer con tanto tiempo libre (todavía estaba en la fase pereza) y pensé en estudiar C con idea de colaborar con algunos proyectos que sigo o incluso con Linux mismo en un futuro. Entonces, decidí preguntarle a un amigo del doble grado de informática y matemáticas para que me aconsejara.

Él, muy amable, me envió un itinerario muy completo por varios libros: «The C programming language», de Brian W. Kernighan y Dennis M. Ritchie, para aprender el lenguaje; y «Modern operating systems», de Andrew S Tanenbaum y Herbert Bos, para aprender sobre sistemas operativos. Los estoy leyendo en paralelo siguiendo sus consejos. Por ahora sigo bastante ilusionado (ya he pasado casi una semana estudiando C a piñón y otra siguiendo el horario, es decir, unas dos horas al día), aunque algunos ejercicios se me atascan.

Concluyendo

Gracias al horario espero avanzar más en este tiempo, mientras estamos en casa y podemos dedicarnos a cosas diferentes. Espero seguir aprendiendo C a la vez que voy poniendo orden en mi vida, sigo aprendiendo cosas, haciendo manualidades y buscando el sistema operativo perfecto para mi portátil, jajaja. Ah, y escribir un poco más en el blog. =P


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